Este es un delicado pintxo con el que quedaréis fenomenal, es laborioso pero no complicado. El resultado es un sabor tradicional al paladar pero su elaboración está basada en la cocina japonesa y sus formas en la nueva cocina. Una bonita mezcla de tradiciones para un producto nacional: el pulpo.
Cachelos: para hacer los cachelos cortamos las patatas en rectángulos, esto lo conseguimos cortando las patatas y recortando el trozo que será de un centímetro de grosor, más o menos. Una vez troceadas las patatas se cuecen con agua y sal, añadiendo un poco de pimentón y de cúrcuma a la cocción. Podéis utilizar variantes para especiar las patatas siempre que combinen con el ingrediente principal: el pulpo. Os sugeriría un poco de orégano, azafrán o perejil.
Pulpo: el pulpo se cuece normalmente y una vez cocido, lo troceamos también en forma rectangular (en la medida que se puede). Esto lo hacemos cortando el trozo de pulpo de una pata y fileteandola. Una vez cortadas planchamos cada lámina para tostarla.
Salsa: hacemos una vinagreta base, aceite de oliva, vinagre y sal y le añadimos una manzana ácida muy triturada, la cantidad de manzana no debe ser excesiva. Todo ello se emulsiona bien con unas barillas hasta que quede "montado".
Montaje: Para montar el pintxo, como se ve en la foto, se coloca la patata de base, encima el pulpo y un poco de la salsa. Decoramos con una ramita de perejil y... A DISFRUTAR.
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