Es tiempo de otoño y nuestra gastronomía se viste de caza, de setas, de castañas y caquis, de colores marrones, rojos y cobrizos, cómo las hojas secas. Nuestros platos empiezan a rebosar calor ante el frio entrante; es tiempo de pucheros, de cocidos, de sopas y legumbres, de asados y guisos, de lo que San Ignacio llamaría "manjares gruesos".
Una compota de ciruelas, higos, orejones, nueces y almendras, aromatizada con vino y canela, acompaña de forma única a cualquier asado.
La combinación de caza con dulce y frutos secos es extraordinaria y permite combinaciones como la que veis: Un plato lleno de sabores, colores y olores otoñales para degustar con una copa de tinto, al calor de una chimenea mientras fuera...llueve...
Hola, he entrado por casualidad en tu blog y me has dejado impresionada, por los platos , el acabado, la forma de explicarlos, vamos todo.
ResponderEliminarDesde luego empiezo a aprender de ti .
Un beso y un abrazo.